Cooperación Sur – Sur y Triangular
El Programa de Estudios de Cooperación e Integración Regional (PECIR) del Área de Estudios Latinoamericanos de la FLACSO Argentina recibió el pasado jueves 21 de marzo a la delegación cubana para compartir sus experiencias en materia de Cooperación Sur – Sur y Triangular en los sectores de la salud, educación, sostenibilidad ambiental, y gestión de riesgo de desastres que contaron con el apoyo de las Agencias, Fondos y Programas del Sistema de las Naciones Unidas radicadas en Cuba.
En primer lugar, la directora del Instituto de Investigaciones de Ciencias Sociales de América Latina de doble pertenencia entre FLACSO y CONICET (IICSAL) y coordinadora del PECIR, Mercedes Botto, presentó la mesa y dio la bienvenida.
Las presentaciones se inauguraron con las palabras de Jorge Chediek, director de la Oficina de Cooperación Sur-Sur de Naciones Unidas (UNOSSC) y organizador del mega evento BAPA 40 , que reunió a más de 1500 representantes gubernamentales en la ciudad de Buenos Aires entre los días 18 y 22 de marzo. Entre sus principales contribuciones, se destacó el racconto de su experiencia personal en Cuba durante los años sesenta, momento en que ese país daba los primeros pasos en la agenda de Cooperación Sur-Sur, fenómeno hasta entonces desconocida en el resto del mundo, con las misiones de médicos cubanos a Argelia. Estas experiencias de colaboración gubernamental a países africanos se mantuvieron en el tiempo y se repitió años atrás con la asistencia cubana frente a la epidemia de Ébola. A pesar de sus escasos recursos y del bloqueo de los Estados Unidos, Cuba se ha distinguido por dos elementos que caracterizan la Cooperación Sur Sur. El primero, la solidaridad internacional como principal motor y valor de la cooperación; el segundo, la fuerte participación de la comunidad y de sus organizaciones sociales en la construcción y en la implementación de esta cooperación hacia el resto del mundo.
La segunda expositora fue la viceministra de Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera de Cuba, Ileana Núñez, quien hizo un paneo histórico sobre las experiencias de la Cooperación Sur – Sur desde 1970 hasta la actualidad. Dado el poco financiamiento, el recurso humano se convirtió en el fundamento en sus operaciones. Los programas, entre varios, incluyen servicios médicos y servicios públicos, analfabetismo, cambio climático, y gestión de desastre, teniendo cooperación cercana con organismos internacionales como OMS, UNICEF, y PNUD.
Para mayor detalle sobre la colaboración de servicio médico, la jefa Departamento de Organismos Internacionales de Ministerio de Salud Pública, Evelyn Martínez Cruz, repasó la historia del envío de médicos cubanos a otros países del sur. En 1960, Cuba realizó la primera ayuda médica a Chile para atender los damnificados de un terremoto que afectó a ese país. Actualmente, hay más de 80 mil médicos cubanos en misión en 70 países. Con la iniciativa de Fidel Castro, en 1999 Cuba estableció Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) que hasta el día de hoy forma médicos internacionales de distintas partes del mundo —particularmente de América Latina, África, y Asia—. Además, hay cooperación en materia de transferencia tecnológica, como industria medicina, industria farmacéutica, y vacunas.
La directora de Primera Infancia de Ministerio de Educación, María de los Ángeles Gallo, contó la experiencia de “Educa a Tu Hijo” que es un modelo de la atención educativa no institucional de Cuba, generalizado en 1992. El programa enfoca en la educación a la familia a niño desde antes de nacimiento hasta los seis años de edad, un período crítico para el desarrollo intelectual, social, y emocional. El proceso tiene forma flexible según condición de cada espacio, teniendo familia, comunidad, e intersectorialidad como elementos básicos. Para acceso equitativo, los centros infantiles tienen un pago simbólico máximo de dos dólares. Para compartir esta experiencia a otros países, UNICEF, a través de su oficina en Cuba, apoya la documentación de contextualización de este modelo en varios países latinoamericanos con el fin de una aplicación de modelo a las condiciones locales concretas. Actualmente, este sistema educativo no institucional se adopta en Ecuador, Brasil, Colombia, México, y Guatemala.
Por su parte, la coordinadora nacional de los Estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgo Hidrometeorológicos de Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Ida Inés Pedroso Herrera, compartió buenas prácticas en la gestión de desastres de su gobierno. En este asunto, Cuba tiene una visión integrada de reducción de riesgos de destres, adaptación al cambio climático, y sostenibilidad ambiental. Por lo tanto, se trata de un enfoque preventivo —hacer estudio, capacitar, preparar la comunidad— y un marco regulatorio adecuado. Cuba trabaja cercanamente con PNUD y otros países caribeños que comparten mismas vulnerabilidades con vista a crear una comunidad resiliente. La sistematización del proceso de trasferencia Sur-Sur incluye capacitar los gobiernos locales y sectores claves, fortalecer los sistemas de alerta temprana ante tormentas extremas y sequías, y elevar la resiliencia urbana.
Finalmente, la representante residente del PNUD Cuba y moderadora de la mesa, Soledad Bauza, agradeció a los delegados cubanos y su ponencia.
El evento dio cuenta que la experiencia cubana muestra que un recurso abundante no es decisivo para que una Cooperación Sur – Sur y Triangular prospere, sino que con solidaridad, una estrategia adecuada y contextualizada puede aportar a un mundo mejor. En este aspecto, el resto del mundo tiene mucho para aprender de Cuba.