12 de agosto: Día Internacional de la Juventud

Artículo del Programa Juventud por la celebración anual que busca promover el papel de la juventud como socio esencial en los procesos de cambio.

Jesús y sus compañeros entregando comida a vecinos de un barrio popular del sur de la Ciudad de Buenos Aires.
Foto: Jesús González.

Este año nos toca celebrar el Día Internacional de la Juventud en un contexto particular de la historia del mundo. Tanto esta celebración como la pandemia del COVID-19 cruzan las fronteras de los países y afecta a todes quienes son jóvenes hoy. Si bien esta será una generación marcada por la pandemia, les jóvenes transitan los cambios que trajo este período en condiciones muy diversas. El resultado es una mayor visibilidad de las desigualdades preexistentes y una profundización de las diferencias que atraviesan sus vidas.

Haciendo un poco de historia, en 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 12 de agosto como el Día Internacional de la Juventud, siguiendo las recomendaciones de la Conferencia Mundial de Ministros de la Juventud (Lisboa, 1998). Se trata de una celebración anual que busca promover el papel de la juventud como socio esencial en los procesos de cambio y formar un espacio para generar conciencia sobre los desafíos y problemas a los que estos se enfrentan.

El Día Internacional de la Juventud sirvió históricamente para celebrar y dar voz a la juventud, sus acciones y sus iniciativas. En el contexto actual, también cobra relevancia como forma de denunciar las desigualdades que se profundizan producto de la Pandemia. El lema de este año, “El compromiso de la juventud por la acción mundial”; se propone mostrar cómo la participación de los y las jóvenes en la política y en los espacios sociales y comunitarios puede fomentar la equidad de los procesos políticos y democráticos contribuyendo a la creación de políticas mejor formuladas y más sostenibles.

En particular en nuestro país, y a pesar de las medidas de aislamiento preventivo y obligatorio, muches jóvenes asumieron un lugar protagónico participando a nivel local y comunitario. Ante la emergencia sanitaria, demostraron con acciones concretas que asumieron el compromiso de “ayuda humanitaria” que demanda esta situación. A pesar de ser uno de los grupos poblacionales particularmente vulnerables ante las crisis, les jóvenes están demostrando que efectivamente tienen un papel fundamental en la recuperación inclusiva de la sociedad.

La pandemia del COVID-19 además de la emergencia sanitaria, trajo aparejada una crisis económica, social y política de las más fuertes que vivió el país. Les jóvenes son les más afectades por la caída del empleo y ya se registran altas tasas de abandono escolar, especialmente en el nivel secundario. Las fragilidades y desigualdades entre les jóvenes que habitan en distintas regiones y zonas del país, se ponen de manifiesto en la vulneración de algunos derechos, como el derecho a un trabajo digno, a la educación, a la identidad, a vivir libremente, a la salud, entre otros. Sumado a esto, en los últimos meses se han registrado hechos de violencia policial que pusieron en evidencia el abuso de poder sobre los derechos y la integridad física de las juventudes, estigmatizando nuevamente a la población joven como peligrosa.

De este modo, se vuelve urgente la puesta en cuestión a nivel político sobre las acciones que se están llevando a cabo para garantizar el ejercicio de los derechos y generar igualdad de oportunidades dando acceso equitativo a bienes y servicios a les jóvenes de todos los sectores sociales. Es decir, es necesario debatir concretamente cómo podemos generar las condiciones para alcanzar la justicia social en la sociedad. ¿Por qué? Porque algunes ven truncados sus proyectos de vida por la imposibilidad de continuar de los estudios y generar ingresos, porque eso genera angustia y carecen de un espacio donde se escuche su voz.

Para darles voz, hoy 12 de agosto queremos celebrar el día de la juventud, porque es la juventud la que nos está enseñando a innovar dando respuestas de forma concreta y cercana a las necesidades locales. Elles están desarrollando iniciativas para ayudar a las poblaciones en situación de riesgo o más afectadas por la pandemia, como la entrega de alimentos a personas mayores o en situación de vulnerabilidad. Además, elles son un pilar fundamental en los hogares donde actualmente se trabaja, se educa y se come (en el mejor de los casos, en otros hogares se deben sostener sólo actividades esenciales como subsistir). Algunes acompañan a sus hermanos más pequeños en las tareas escolares y en las tareas del hogar y otres ayudan a comunicarse con el mundo exterior a los adultos mayores utilizando las nuevas tecnologías, desarrollando soluciones efectivas para transitar este aislamiento y distanciamiento social, que actualmente es obligatorio. Por lo tanto, destacar el compromiso de les jóvenes es mostrar una identidad juvenil solidaria y comprometida.