III Conferencia: Migración venezolana y acceso a la educación

La conferencia “Migración venezolana y acceso a la educación”, con formato híbrido, tuvo lugar el 5 de julio en la sede de FLACSO Argentina. Contó con la participación de destacados/as investigadores/as, especialistas de organismos internacionales vinculados a la temática, funcionarias públicas, docentes, estudiantes e integrantes de organizaciones de personas migrantes, en el marco del Ciclo de conferencias IICSAL por los 40 años de democracia.

A lo largo del evento los expositores buscaron abrir el diálogo y el debate sobre el acceso a la educación de las personas migrantes en Argentina. Las palabras de apertura y moderación de la mesa estuvieron a cargo de Pedro Núñez, investigador del IICSAL, quien indicó que el ciclo de conferencias en el cual se situaba esta conferencia estaba vinculada al proyecto institucional de investigación del IICSAL sobre migración venezolana y acceso a derechos. Subrayó que la intención de la conferencia era que cada uno de los/as panelistas, desde su recorrido y experiencias, aportara a la comprensión sobre brechas de acceso que sufren las personas migrantes en el acceso a la educación en la Ciudad de Buenos Aires y en el país, más allá del caso específico de la migración venezolana.

El panel contó con las exposiciones de Carlos Skliar (IICSAL/FLACSO-CONICET), Natalia Escoffier (OIM), Fernanda Florez (Ministerio de Educación de la Nación), Alejandra Gómez (Supervisión Distrito Escolar 3) y Gabriela Novaro (CONICET FILO-UBA).

Los/as expertos/as conversaron sobre temas vinculados a la migración y el acceso la educación, en ese sentido, compartimos algunos ejes del diálogo. Carlos Skliar reflexionó sobre la época actual y la educación, señalando que dos tipos de racionalidades imperan en la época actual: por un lado, la racionalidad jurídica y por el otro la racionalidad neoliberal. Es decir, por un lado, la fuerza del derecho, de lo justo, de lo jurídico, de la afirmación de la identidad y de la diferencia y, por otro lado, una racionalidad neoliberal que lo tiñe todo, incluso la educación, pese a los esfuerzos de imaginarla de otra manera. Señaló que la época actual está atravesada por el discurso inclusivo, al mismo tiempo indicó la importancia de preguntarnos cómo afecta una época con una racionalidad neoliberal la formulación de una hipótesis inclusiva. Comentó que es indudable que en los tiempos que corren, la preparación ha tomado un protagonismo central, donde todas las industrias que merodean por la educación (la de la información, la del entretenimiento y la de la tecnología) utilizan la palabra “educar” en el sentido literal de “preparar”, teniendo una predisposición hacia una construcción futura de qué es “el individuo preparado”. Subrayó que hoy en día quien regula la idea de preparación es la tríada de la industria de la información, del entretenimiento y la industria tecnológica imbricada en el entretenimiento y la información. Mencionó que estamos en un momento en el cual, si no se diferencia, si no se hace específica, la institución educativa queda sometida a las lógicas del entretenimiento y de la información y por lo tanto a las formas de preparación que se proponen desde estas industrias. También destacó que, si la imagen de la comunidad es una imagen profundamente igualitaria y que busca la razón jurídica, lo que el Estado debe extender para proteger, cuidar, acompañar, conversar con los individuos y la comunidad, la razón neoliberal procede de una necesaria desigualdad, dado que entre sus razonamientos está la impresión de que la igualdad crea una falta de emprendedurismo. Mencionó también que lo que busca la racionalidad neoliberal es un exitismo y un individualismo y lo que buscaría la racionalidad jurídica sería la intención de fortalecer, crear comunidad y cuidarla.

Por su lado, Natalia Escoffier mencionó que hay un 3,6% de la población mundial que es migrante internacional y que en el caso de Argentina esa proporción es incluso mayor. También indicó un dato que se refleja en Argentina y en la región, el cual indica que hay amplia proporción de personas migrantes en edad activa, como así también una gran proporción de personas migrantes que viven en zonas urbanas. También mencionó que, a agosto de 2022, había más de 3 millones de personas migrantes internacionales residiendo en la Argentina, contando a aquellas personas que tenían DNI digital. Mencionó que el porcentaje de migrantes internacionales en Argentina es más del 6,5% de la población general. También indicó que en los últimos cuatro años una amplísima mayoría de las radicaciones han sido otorgadas a personas de países del Mercosur, llegando a consistir de más de 9 de cada 10 casos. Mencionó también que, de estas radicaciones, casi un 40% en los últimos cuatro años han ido otorgadas a personas venezolanas. Asimismo, mencionó que hay más de 220.000 personas migrantes y refugiadas venezolanas en Argentina. También señaló dos grandes ejes cuando se habla de acceso a la educación de las personas migrantes: por un lado, el derecho a aprender y el derecho a que se reconozcan la formación y los saberes de las personas migrantes; y, por otro lado, el derecho a enseñar. Mencionó también que en todo proyecto migratorio la cuestión educativa es el punto nodal en proyectos muchas veces individuales y a veces familiares con niños, niñas y también con personas adultas que deciden migrar o que se ven forzadas a migrar y que la cuestión educativa es uno de los puntos centrales para pensar en qué lugar asentarse, qué requisitos van a tener, qué oportunidades de formación van a tener y también qué posibilidades van a tener, en caso de ser docentes, de enseñar y de tener un proyecto participativo, plural y de construcción de programas educativos que contemplen las miradas no solo de las personas que han nacido en ese lugar sino también de las personas migrantes. También mencionó que las cuestiones ligadas a educación son unas de las primeras prioridades cuando se le consulta en manera de encuesta a personas venezolanas que residen en zonas urbanas de Argentina, específicamente en lo concerniente al acceso a la educación y de reconocimiento y homologación de títulos. A la vez señaló que hay una gran proporción de personas migrantes venezolanas en Argentina que tienen un nivel educativo muy alto, ya sea universitario, terciario e incluso posgrado. También indicó que, según datos de 2022, no hay mayores dificultades en el acceso al sistema educativo de niños, niñas y adolescentes, pero sí en algunos casos a la hora de realizar la finalización, las titulaciones o incluso la sostenibilidad.

Por su parte Fernanda Florez mencionó que desde el Ministerio de Educación se prefiere hablar de derecho a la educación y no solo de acceso, dado que el acceso se refiere a solo una parte del derecho a la educación. Mencionó también que hay casi 4 millones de niños, niños y jóvenes en América Latina y el Caribe que se encuentran en situación de movilidad y que ven vulnerado su derecho a la educación o a la escolarización. También indicó que hay una creciente centralidad de las personas migrantes o en situación de movilidad y que esta situación ocupa un lugar creciente en las agendas regionales e internacionales en el ámbito educativo. También mencionó que en Argentina el marco normativo es la Ley de Migraciones y la Ley de Educación Nacional, que establece que el Estado y las jurisdicciones deben garantizar el acceso igualitario y equitativo a la educación de todos los habitantes de la nación. Mencionó también que en la educación común hay 142.000 estudiantes extranjeros y de ese universo hay 22.000 estudiantes venezolanos y en el nivel superior universitario su presencia es de alrededor de un 4%. También señaló que los estudiantes venezolanos, en relación a la población total de estudiantes universitarios, es de alrededor de 9.000 personas. También indicó que el Ministerio de Educación tiene una política de reconocimiento de estudios y que un eje muy fuerte de la política educativa tiene que ver con la promoción de derechos y construcción de nuevas ciudadanías democráticas. También compartió que programas tales como el Programa de Respaldo a Estudiantes Argentinos (Becas Progresar), el cual es un programa de estímulo y apoyo para la finalización de los niveles obligatorios de la educación, modalidades de formación profesional y estudios superiores, tiene entre sus poblaciones priorizadas a la población refugiada. También destacó la importancia que se le otorga desde el Ministerio a la formación docente para el trabajo con la diversidad, entre ellas, la condición migrante.

Alejandra Gómez compartió su mirada desde el trabajo en territorio del Distrito Escolar 3 (Constitución, parte de San Telmo, San Cristóbal, Congreso, Montserrat y parte de Balvanera). Señaló que la introducción de los niños migrantes en las escuelas públicas primarias de la Ciudad de Buenos Aires está garantizada por la normativa, dado que ni la solicitud de nacionalidad ni de documentación son requisitos para acceder al sistema educativo. Indicó que, por lo tanto, el desafío de las escuelas no se haya en el acceso sino en pensar en las mejores propuestas pedagógicas para poder acercar a los niños y  niñas a las culturas de sus pares migrantes, dado que para  enseñar en la diversidad es importante introducir propuestas, proyectos, trabajos en donde los chicos y chicas venezolanos/as o de otros países puedan acercar aspectos de su cultura a la enseñanza y a los proyectos cotidianos que las maestras manejan en las aulas. Entre estos proyectos, se refirió a los ateneos de estudiantes que buscan que los chicos se nutran de otras culturas. También indicó que en el caso de la población venezolana ya hay algunos desafíos superados, como puede ser el idioma, y que los chicos venezolanos en las escuelas son sumamente dados, no tienen dificultad para relacionarse con el otro, pueden comprender las consignas maravillosamente, son respetuosos, tienen una buena convivencia, juegan, se despliegan y que es una comunidad que es mucho más sencilla de incluir que otras, como puede ser la rusa, con la cual la barrera del idioma implica desafíos mucho mayores de ajustes en las propuestas de enseñanza que son significativos. También indicó que desde las escuelas se notan dos olas de migración venezolana: una primera que llegó en 2017-2018, en la que se incorporaron muchos chicos a las escuelas, y otra en postpandemia. En la primera ola se observaban muchas familias con padres y madres profesionales, con mucho respeto por la escuela, para los cuales el acceso a la educación de sus hijos era importante, que se informaban y respetaban las normas que tiene la escuela. También se observaba que esa ola tenía una mejor posición socioeconómica. Indicó que la segunda ola, desde la experiencia del Distrito 3, tiene oficios. Vienen para trabajar, pero no tienen la misma característica profesional de la primera ola. También mencionó, desde la experiencia de compartir con las familias migrantes en las escuelas, que las familias tienen apostillados sus títulos, pero que tienen dificultades para que esos apostillados progresen, y que según ellos también es económica la dificultad, dado que es caro poder homologar los títulos. Indicó que muchas profesionales de Venezuela ―como psicólogas, psicopedagogas, y demás títulos con formación docente― están incluidas en muchas escuelas trabajado como APND, como acompañantes de niños discapacitados para incluirlos, dado que en esos trabajos sí pueden insertarse por más que no tengan el trámite de homologación finalizado. También mencionó que, dada la falta de homologación, no se ven tantas personas venezolanas trabajando como docentes. Por último, sostuvo que el diseño curricular es un diseño que propone la apertura en la diversidad y que están agradecidos de contar con la población venezolana en las aulas.

Gabriela Novaro reflexionó sobre qué asocia, tradicionalmente, la escuela con la idea de crear comunidad y que, en general, la asocia con la identificación con la nación argentina, y que deja afuera a aquellos que no se identifican con ella. Indicó que desde la mirada cualitativa y etnográfica surge la dificultad de pensar los cruces de datos y cómo este abordaje metodológico invita a pensar la condición migrante en relación a otras categorías de análisis, tales como el nivel socioeconómico, para evaluar cuestiones tales como la trayectoria escolar de las niñas y niños migrantes y su rendimiento en la escuela. Reflexionó sobre cómo las categorías que se emplean en ciertos relevamientos cuantitativos son categorías estatales que dialogan de forma compleja con las categorías sociales y con las categorías de investigación. En ese sentido, señaló cómo algunas categorías nos invitan a pensar qué miramos, qué pedimos de los números y qué otras cosas hay que reconstruir, tales como las categorías “extranjeros” e “hijos de”. También señaló que los relevamientos no se refieren a la población no escolarizada y cómo ciertas especificidades según el lugar de residencia de distintas poblaciones migrantes quedan diluidas en los relevamientos. En ese sentido, mencionó que resulta interesante el diálogo entre lo cualitativo y lo cuantitativo. Mencionó también que sigue siendo muy complicado moverse de la idea de nacionalidad excluyente que no admite, por ejemplo, situaciones de binacionalidad, entonces resulta importante ver qué hay atrás de la noción de comunidad y revisar la idea que tenemos de comunidad asociada a la idea de uniformidad e igualdad. También mencionó que hay que tener en cuenta que desde el sistema educativo hay un mandato histórico que aparece muy afín a la idea de nacionalismo excluyente, xenofobia y homogeneidad. Indicó, por ejemplo, que no se concibe la doble nacionalidad, cómo esto aparece como un problema: la doble pertenencia para la escuela es algo que hay que resolver desde un discurso que a pesar de que los términos cambian, sigue siendo profundamente asimilacionista, donde resolver es renunciar a la nación que se trae consigo mismo o con la que los padres y madres consideran que sus hijos tendrían que identificarse. Indicó que hay que tener cuidado con las categorías que estamos usando: lo que suponemos que ya está instalado en el sistema educativo y que en realidad no está instalado para nada o que está pero que no es la norma. Mencionó que la normativa está, el tema es ver si esa normativa es acompañada por un dispositivo para conocer, por ejemplo, cómo son las trayectorias escolares previas de chicos que tienen momentos de su escolaridad en otros países. Mencionó que la cuestión de la igualdad y la diversidad nos sigue interpelando como algo no resulto y que en educación es muy visible.

Por último, se realizó una ronda de preguntas de los asistentes que fueron respondidas por los expositores y luego se cerró la conferencia con los comentarios finales de los mismos.

Para conocer en profundidad lo expuesto las/os invitamos a mirar el siguiente video: https://youtu.be/6TBg4LztgY4.

 

La cuarta conferencia del ciclo “Migración venezolana y acceso al mercado de trabajo”
será el 7 de agosto de 14 a 16 hs

 

Instituto de Investigaciones Sociales de América Latina
Correo electrónico: iicsal@flacso.org.ar
Tucumán 1966 (C1050AAN)
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
Seguinos en Instagram