Los claroscuros del proceso de paz en Colombia

Por Carolina Sánchez Salazar (maestranda de políticas sociales ) y Mercedes Botto (directora PECIR- Adela).

Una vez más los resultados de un plebiscito popular generan una gran desazón en la opinión pública nacional e internacional. ¿Cómo explicar un voto de rechazo a poner fin a un conflicto civil que ya lleva más de cincuenta años de existencia, un total de 7 millones seiscientas mil víctimas según la Unidad de Víctimas de Colombia (2014), tierras expropiadas, miles de desplazados y un estancamiento del desarrollo territorial invaluable? ¿Cuáles son las razones visibles y ocultas de este desenlace? En este artículo, aportamos algunas pistas para entenderlo.

Lo primero que hay que saber es que la derrota fue ajustada y que una gran mayoría de los colombianos, más distantes del conflicto, no se sintió participe ni entusiasmado con el proceso de paz. El plebiscito tuvo lugar el día 2 de octubre de 2016, las encuestas de los días anteriores habían mostrado una amplia posibilidad para el Sí 1 con un 62% de favorabilidad. Sin embargo, los resultados oficiales dieron como ganador el No con un porcentaje del 50, 21% sobre el 49,79% del Sí 2. La participación, según la Registraduría, fue del 37,41 % del padrón electoral con 13.059.173 votantes de los 34.899.945 habilitados, lo que significa una abstención del 62,59 %.

Las reacciones fueron inmediatas: los municipios más afectados por el conflicto mostraron en las cifras del mapa electoral una amplia ventaja para el Sí. Municipios que han pasado a la historia por ser las víctimas de las masacres más recordadas y odiadas por el país como el municipio de Bojayá, en el departamento del Chocó, tuvo como resultado 95,78% para el Sí y 4,22% para el No; patrón que se repitió en todos los demás.

Distintas razones pueden explicar estos resultados. En primer lugar, parece que ni los convencidos del Sí ni el mismo Gobierno lograron transmitir la esencia del Acuerdo de 297 páginas a los ciudadanos. En segundo, lugar, los mecanismos de participación ciudadana quedaron cortos, y los que no fueron víctimas directas no se sintieron involucrados durante los 4 años que duró la negociación.

Lo segundo que hay entender es que este Acuerdo de Paz intenta dejar atrás más de 50 años de conflicto armado en donde las partes y los intereses en juego superan lo meramente doméstico para internarse en la disputa geopolítica entre Estados Unidos y la URSS durante la guerra fría. En efecto, el origen de la guerrilla y de los paramilitares se remonta a los años cincuenta. Colombia vivía una cruda y violenta época protagonizada por dos bandos, representados en ese entonces por el partido conservador y el partido liberal. Para poner fin a esta confrontación, el gobierno dictatorial propuso un acuerdo de paz, involucrando a los dos partidos. Entre ellos estaba el  entonces jefe de las guerrillas, Manuel Marulanda, quien a pesar de haberse acogido al proceso de paz y reinsertarse en la vida civil, siguió siendo blanco de la persecución del gobierno que lo consideraba una amenaza comunista. Marulanda decidió refugiarse en la zona de Marquetalia (departamento del Tolima) y desde allí empezó a recibir a los campesinos liberales que buscaban protegerse del gobierno conservador. En el año 1964, el gobierno colombiano, con el explícito apoyo y la asesoría de militares estadounidenses bajo el conocido Plan Laso (Latin American Security Operation), arrancó la Operación Marquetalia, considerada uno de los combates más fuertes contra la guerrilla colombiana. Tras sobrevivir a este combate, la guerrilla pasó a llamarse Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC.

Si bien la persecución contra las FARC ha sido implacable y a través de medios no legales, como las fuerzas paramilitares, también es cierto que en los pasados cincuenta años, el gobierno colombiano ha buscado alcanzar acuerdos de paz. La experiencia anterior a ésta fue la de Andrés Pastrana entre los años 1998 y 2002, que se conoció como proceso de Paz del Caguán. Sin embargo, ese intento fracasó por algunos elementos tales como la falta de organización, irregularidades en la zona de despeje y la falta de voluntad de las FARC. El 20 de Febrero de 2002 el proceso Pastrana – FARC llegó a su fin tras el secuestro del ex congresista Luís Eduardo Gechem en un vuelo comercial a cargo de integrantes de esa guerrilla.

Diez años más tarde y tras fuertes contramarchas de represión violenta, el actual Presidente de Colombia Juan Manuel Santos, oficializó su decisión de empezar una negociación de paz, después de conversaciones privadas con representantes del grupo insurgente.

Para finalizar, es útil también recordar que el uso o la intensión electoralista que han hecho los presidentes y la oposición sobre este objetivo también contribuyeron en gran medida a teñir el resultado del proceso de plebiscito. Hagamos un poco de memoria. El presidente Santos asumió la presidencia en 2010 y luego de dos años formalizó el anuncio de iniciar las negociones de paz. Esta decisión pasó a constituirse en una de las principales promesas de campaña de 2014 para la reelección.

Con una aprobación del 50.95% del electorado 3, el gobierno de Santos, encaró las negociaciones con las FARC, que se llevaron adelante en la Habana entre los años 2012-2016 con un importante apoyo internacional de parte de los Gobierno de la República de Cuba y de Noruega (como garantes) y de la República Bolivariana de Venezuela como facilitador de logística y acompañante 4. La agenda de discusión contenía 6 puntos esenciales: política de desarrollo agrario integral, participación política, fin del conflicto, drogas ilícitas, víctimas, implementación, verificación y refrendación. Estos puntos habían sido consensuados por las delegaciones conformadas por representantes del Gobierno nacional y de las FARC.

Pasados cuatro años de su inicio y sin contar con el tiempo suficiente, según algunos especialistas, para que los avances maduraran en la ciudadanía, el Presidente Santos anunció el final de las negociaciones con las FARC. A este anuncio seguirían dos hitos trascendentales en la historia de este proceso: primero la firma del Acuerdo por parte del gobierno nacional y las FARC en una emotiva ceremonia en Cartagena de Indias el día 26 de septiembre de 2016; y el llamado al plebiscito a través del cual los ciudadanos refrendarían lo acordado.

Aun no quedan demasiado claras las motivaciones de este llamado, siendo que el acuerdo ya había sido firmado y que, por otra parte, abría una nueva grieta en la sociedad, marcada más por el interés electoralista de los partidos que por el bienestar. La campaña del SÍ se basaba en la idea de que ésta era una oportunidad para el país sin precedentes, que se había logrado el mejor acuerdo posible y que después de 4 años de negociación no habría opción de renegociar ningún punto del Acuerdo 5.  La campaña del No basó sus argumentos en la “impunidad” que promovía el Acuerdo, sobre todo en lo que concierne a un proceso de amnistía.

Los resultados dejan claro que la mayor parte de la ciudadanía votó desinformada, no solo por los mensajes enviados por los seguidores del NO, sino también por la falta de estrategias más acordes para fomentar la participación ciudadana en el transcurso del proceso de negociación y falta de campañas masivas de información y educación respecto de los contenidos de los Acuerdos.

Por suerte, la consciencia colectiva no es solo nacional ni está motivada solo por intereses cortoplacistas. Frente a la desazón generada por la mayoría en favor del NO, se levantaron distintas voces nacionales e internacionales en apoyo al SI. Como botón de muestra, la decisión del Comité Nobel de Noruega, de otorga el premio Nobel de la Paz al Presidente Juan Manuel Santos por sus decididos esfuerzos para llevar a su fin más de 50 años de guerra civil en el país (Colombia). Este premio ha significado para el país no solo un espaldarazo internacional, sino la forma de comprometer aún más al gobierno para que busquen los mecanismos para ratificar lo firmado entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC y el Gobierno Colombiano.

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1 Encuesta realizada por Cifras & Conceptos para Caracol Radio y Red + Noticias 2 de septiembre 2016.
2 Ficha electoral. Registraduría Nacional del estado Civil. 2 de octubre de 2016.
3 Registraduría Nacional del Estado Civil. Elecciones Presidenciales 2014.
4 Entérese del proceso de Paz (2014). Oficina Alto Comisionado para la Paz. Colombia.
5 Alocución Humberto de la Calle Jefe del equipo negociador por el Gobierno Nacional en la Habana 24 de agosto de 2016.