Documentos de identidad. La construcción de la memoria histórica en un mundo global

La construcción de la memoria histórica y la identidad nacional se presenta como un problema inquietante en las sociedades actuales. ¿Cómo recordar el pasado reciente? ¿cómo dar credibilidad y sentido a narrativas tradicionales que explican el origen de las naciones y las comunidades? ¿qué vigencia poseen en un proceso creciente de globalización?. Sin duda en la construcción de la memoria colectiva desempeña un papel fundamental la historia escolar, en la medida en que siembra sus contenidos justamente durante la infancia y la adolescencia, períodos críticos en los que la semilla indentitaria cobra verdadero arraigo.Este libro, que contó con el apoyo de la Beca Guggenheim, analiza cómo la enseñanza de la historia en la escuela resulta ser mucho más que la impartición de un contenido escolar y estudia su situación en países tan diversos como la Argentina, México, Alemania, España, estados Unidos y Japón, estableciendo comparaciones y conclusiones globales. Los héroes y personajes históricos escolares, los rituales patrióticos y los libros de texto, se constituyen en “documentos de identidad” producidos por los Estados, con el fin de trazar la línea divisoria entre “nosotros” y “los otros”. Así, la historia escolar, se encuentra ante una contradicción: debe atender a sus objetivos instructivos, de carácter racional e ilustrado, y al mismo tiempo a los de carácter identitario, de raíces afectivas y románticas. Además, en la medida en que el proceso globalizados está erosionando el sentido tradicional de las naciones mismas, esta contradicción se erige como una urgencia que exige resolución.Por todo ello – afirma en el prólogo José Alvarez Junco, catedrático de Historia de la Universidad Complutense de Madrid y director del Centro de Estudios Políticos – “merece la bienvenida un libro como éste, no solo nacido de larga reflexión y estudios empíricos sino que enfoca la cuestión desde un ángulo nuevo: desde la psicología y la pedagogía. Aunque, a decir verdad, combina – y con gran acierto – estas dos perspectivas con los hallazgos recientes que sobre el tema nacional nos ofrecen la ciencia política y la historia”.